La valerosa princesa de Mirantonvàs

La bellísima princesa Alabama del reino de Mirantovàs, hija del rey Tantomàs VI, fue secuestrada por los piratas cuando hacía la travesía del mar de las Antillas para casarse.
La dama permanecía prisionera en una tenebrosa cabina de proa, custodiada por un filibustero groseramente engalanado con una casaca roja donde había una calavera dibujada. Como era valerosa y nada le asustaba le espetó a su guardián: “¡Tremol todos, bribones! Mi padre me liberará, no le pagará el rescate y si no me lleva inmediatamente a Palau morirá en la horca”. En estas que se sintió un gran estruendo.
En cubierta se libraba una estremecedora batalla. El guardián de la princesa miraba hacia arriba desconcertado cuando, de repente, la puerta de la cabina se abrió de par en par y un coscojado joven de dulce mirada apareció en el umbral. Se había batido solo con los corsarios y había conseguido tirarlos por la borda uno a uno. Al verlo, Alabama cayó en sus brazos desfallecida y el joven le dijo muy tiernamente: “Alteza, sepa que aunque os acabo de conocer mi corazón les pertenece. Soy el príncipe con el que hay que casarse y estoy ufano de haber tenido la ocasión de liberarse de los piratas. Seremos felices toda la eternidad.”